En Maurilia se invita al viajero a visitar la ciudad y al mismo tiempo a
observar viejas tarjetas postales que la representan como era: la misma plaza idéntica
con una gallina en el lugar de la estación de ómnibus, el quiosco de música en el
lugar del puente, dos señoritas con sombrilla blanca en el lugar de la fabrica de
explosivos. Ocurre que para no decepcionar a los habitantes, el viajero elogia la
ciudad de las postales y la prefiere a la presente, aunque cuidándose de contener
dentro de las reglas precisas su pesadumbre ante los cambios: reconociendo que la
magnificencia y prosperidad de Maurilia convertida en metrópoli, comparada con la
vieja Maurilia provinciana, no compensan cierta gracia perdida, que, sin embargo, se
puede disfrutar solo ahora en las viejas postales, mientras antes, con la Maurilia
provinciana delante de los ojos, no se veía realmente nada gracioso, y mucho menos
se vería hoy si Maurilia hubiese permanecido igual, y que de todos modos la
metrópoli tiene este atractivo más: que a través de lo que ha llegado a ser se puede
evocar con nostalgia lo que era.
LAS CIUDADES INVISIBLES. Italo Calvino.
http://memoriavirtualbucaramanga.com/bucaramanga-inolvidable-1930-1970/#
LAS CIUDADES INVISIBLES. Italo Calvino.
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